- Hija, estás enamorada?
- ¡¿Eh?! - Soltando una risa
- Contestame lo que te pregunto, estás enamorada? Por qué me mirás así?
- No mami, no estoy enamorada
- Ah, y no te enamoraste todavía?
- ¿Todavía? ¿Me tengo que enamorar alguna vez supuestamente?- La risa se hacía más fuerte
- Ay bueno! Pregunto nada más.
Y se fué.
Segundo después la escucho conversar con Marta
- Viste! Mi hija no se enamoró todavía. Pero esta es igual que la mamá: siempre se enamora del equivocado.
Sólo a la Zule se le ocurren esas cosas.